On tas

BUSCANDO LAS PISTAS DE BLUE

gif animator

gif animator

Fragilidad


.no hay que frustrarse por no lograr las expectativas impuestas por lo establecido como correcto.
.hay que intentar perder los límites del control teniendo responsabilidad de las consecuencias.
.hay que entenderse como uno, como el que comparte más no da, y si desea mutilarse se acepte como ya incompleto.
.hay que romper barreras para vivir, para creer, para respirar, para amar.
.hay que creer en lo que se quiere y querer lo que se crea.

Mi mirada la encuentra, Ella confundida, de cierta manera abstraída por los colores que las luces atraviesan su ventanilla, su rostro encuentra sentido entre las sombras de la noche y las que ocurren por los faroles de las avenidas. Llueve a cántaros, su mente se dispersa en los muros y edificios, entre avenidas que generan calles, y calles que se nombran interminables con señales que muestran la inmensidad de la ciudad, veo desde mi sitio su rostro, infiero sus ideas, sonrió con el afán de simpatizar, quisiera no temiera pero crecer es algo que nos va mutilando individualmente, y merece el respeto de los ajenos y la privacidad propia de cada protagonista.
Gira la manija para sentir el fresco de la noche, envidia como la lluvia se disipa y apenas unas gotas atestiguan sin fuerza que por poco se cae el cielo, quisiera su tormento con esa misma sencillez se diluyera, Suspira como si en ese aire abultado y presionado pudiera desprenderse de lo que le aqueja, soltarle al viento lo que no puede controlar, pero sabe bien que ni el aire, ni la noche, ni el mismo tiempo pueden ni por un instante olvidarse de que respira.
Ha terminado el trayecto a casa, y antes de entrar decide deambular un poco, poca gente en las calles, y de esa poca nadie le concierne, los mira solos y se siente sola, algunos pepenan y ella toma la misma acción hurgando dentro, encontrando poco, y efímeramente le ilusiona el valor de lo resguardado.
Gusta de llegar a casa, e imagina resarcir lo mal tejido, quiere no sentir la pobreza de perder buenos amigos, imagina agradeciendo lo bueno que tuvo de los suyos pero cerrar el trato con los mejores términos, se dará la oportunidad de mejorar la actitud, de regresar a perderse en las risas, de pensar antes de hablar, y de luchar por nunca más volver a perder las buenas cosas que la conforman.


Uno siempre agradece cuando la gente mala se va de tu vida, pero cuando la gente buena la pierdes es cuando entras en el conflicto de no saber la clase de persona que eres.






convivencias

Punzocortante

Se mira sus muñecas recordando los colores que alguna vez encontró en ellas, recordó como aquellos canales rojos cambiaban a azul turquesa, como la sangre se volvía infinita, y como en un momento olvidó lo que era miedo, entendió la delgada linea entre el dolor y el placer mientras sufría y hacía sufrir se regordeaba en un finito chantaje en ambos extremos.

Llevaba ya varios años una pesada cuota por sus actos del pasado, las personas que antes estaban cerca hoy sólo era gente que en algún punto habian cruzado, ella se sabia que emanaba un sentimiento de hastío, una nebulosa pesada que agobiaba y hartaba, había cansado a tantos, y su mayor temor era que el destino mutilara alguna extremidad por haber retado tanto a su condición, recordó aquella voz que le grito no saber agradecer tenerlo todo, y la hizo mirarse frente a un espejo, confrontandose a una vida cargando lo que le acomplejaba a una potencia elevada.

Solía pasar las tardes imaginando una escena que alguna vez vío en alguna película extranjera, la secuencia donde un hombre en una ciudad jodida de Europa, llegaba a su sucio y viejo departamento donde de una bolsa de plástico saca un trozo de carne, abría una copa de vino, cena en una vieja mesa de madera, y unos minutos más tarde se mataba cortando sus venas.

Ella, la doctora le interrumpe su atmósfera nostálgica, ella la paciente se reencuentra en el consultorio, mira libros de conocidos psicoanalistas,, observa adornos que le incomodan, pareciera el lugar de un conservador, pero nada le inmuta para decir lo que ya le es intolerable reservar, sabe como el adulto que ya es, que el tiempo corre y que de su bolsillo y de su propio pie se encontraba sentada ahí, que ya era tiempo de dejar de estar hasta la plétora de tristeza, de depresión, y que no bastaba más que decir las cosas sin acotaciones ni preámbulos.

Ella, La doctora pregunta

- ¿Por qué el empleo de algo punzocortante?

Ella, la paciente se queda en mutis, no es que no quiera contestar, es que no entiende a lo que viene la pregunta, y extrañamente por primera vez se da cuenta que aunque conocía mil formas, para ella no encontraba nada más lógico que usar en ese momento un objeto punzocortante, el que fuera pero tenía que flagelarse antes de cualquier resolución. La paciente mira a la doctora y sólo se le ocurre contestar, “porque no vi otra manera de hacerlo,” la doctora guarda silencio en espera de más palabras, la paciente continua...

Cuando lo intente era una adolescente, y aunque no es algo que todos lo hagan, es una idea que todos conocen, todos critican y todos la embarcan a problemas de edad, autoestima, contextos destructivos y demás.,. la realidad para mí es distinta, sólo una vez he repetido esa sensación de manera idéntica, y los escenarios fueron completamente distintos, Usted podrá imaginar la escena de un suicidio, la persona se siente triste hasta decir basta, y simplemente quisiera desaparecer, pero todo va más allá de lo simple, la sensación se la puedo explicar hasta un modo que usted lo experimente, Imagine que abrasivamente alguien llega a su casa, la amordaza, usted empieza a sentir miedo pero intenta inutilmente por contenerse, por mostrar control de si mismo, pero es inútil, su cuerpo tiembla irremediablemente, el pánico la hace presa, y la incertidumbre de los instantes la enloquece, sabe que la ola va a caer y la golpeará hasta hundirla, le quitara todo oxigeno, y duda si podrá volver a la superficie, ahora imagine esa persona dentro de usted y existe igual como el maldito que la esta dañando, tiene voz y sabe apuñalarle, y de la misma forma en que en los asaltos cierras los ojos y pides a lo que crees que te de la fuerza, así el suicida pide que esa depresión abrumante pase y así como uno imagina tomar un mazo o algo para matar al agresor, así mismo uno quiere deshacerse de esa agresión que existe dentro de uno, pero dudo al pensar que pueda ser uno mismo, porque el que lo impide esta ahi en el mismo sitio.

Un silencio regresa al consultorio, la paciente respira, la doctora la observa, no hay ningún tipo de movimiento en ella, nada de lo que acaba de decir la paciente parece inquietarle a la doctora, el tiempo de consulta ha finalizado, la doctora le dice a la paciente, debe estar tranquila, que el manejo de objetos punzocortantes son indicios de un inconsciente que pide ayuda, que busca una alternativa

La consulta termina, y la paciente se compra la idea, mira sus muñecas, respira, quiere creer lo que el conocedor sabe y le comparte, sonríe y espera vehemente estar en paz con el mar en calma.

Mayo

Su mano es tomada con prisa, la siente caliente, le abrasa, siente la fuerza que lo jala y le ordena apresurar el paso, su visión la concentra en la tierra que a sus pies ensucia, sus uñas, sus dedos secos y tristes buscan el aire que el andar provoca, levanta la mirada, busca un poco de ella, mira las flores que ladean su espalda, un delgado vestido oculta intermitentemente su cuerpo, entre la tela algunos cabellos liberados juegan con el viento, ahí se encuentran, la observa y concluyé que ella no mira nada, no hay destino, sólo preveé que no les alcance el tiempo. Baja la mirada para distraerse de el sol que los latiguea, imagina que es un grillete que le da razón a la condena que la joroba, siente aprecio de ser él quien ordena el paso, y se hace tropezar entre las piedras para provocarle a su presidiaria la inercia de sacar más fuerzas para levantarlo. Sabe que ella no lo soltará por más pesado que sea el bulto, por más filosas seán las ventiscas, y por más caliente la tierra se ponga. Siente placer al encontrarse así, se ve tal y como su sombra lo indica, un gigante, se imagina como un gran ser, que camina con fuerza; las hojas, las varas, las piedras, le atraviesan y el no siente nada, mientras que ella con su mirada triste, avanza, lentamenta camina y se olvida de el peso, de el tiempo y de ella. Él toma su mano con la fuerza que su cuerpo puede darle, ella lo sostiene como parte de si misma, el sol los sofoca y sus sudores se enmarañan con la tierra marcando el rastro de tristeza que logra descifrar sus cansancios.

 

© New Blogger Templates | Webtalks